Estudis de llibertat
No todo el mundo tiene claro que el ejercicio de la libertad supone, paradójicamente, la aceptación previa de unas limitaciones, lo que en buena lidcolisiona con el propio concepto que te pretende desarrollar. Para empezar, la libertad se ejerce en el ámbito físico, en el ámbito de la realidad natural, y ello conlleva de partida un sinfín de esclavitudes, de prohibiciones fácticas, por denominarlas con términos de la misma familia.
El hombre puede pretender la libertad máxima, pero ni siquiera ha conseguido por sí sólo lo que alcanza un pájaro cuando despliega sus alas en el cielo. Por eso esta exposición singular de Toni Font( Pollença, 1977), que en su formación ha bebido inicialmente de las ajustadas fuentes del diseño y arquitectura, llama la atención desde el inicio de su visita: lasobras derivan desde un origen estructurado hacia el desbordamiento y, en momentos concretos, hacia la magia del automatismo, y todo ello con la consigna voluntaria que se efectúa el artista a sí mismo de no dar cabida al color.
La libertad, así, queda curiosamente confinada al universo del blanco y negro. O lo que es lo mismo: la libertad, si es posible, lo es en un mundo en el que no existe la posibilidad de libertad real. Todo un planteamiento conceptual. como digo. Y que comparto por completo, desde luego.
Sus referencias contextuales hay que buscarlas en las corrientes centroeuropeas recientes, el neoexpresionismo salvaje alemán por ejemplo, con George Baselitz y Markus Lüpertz como faros-guía en la noche del final de los tiempos que vivimos, una vez más, como tantas veces hemos hecho después de Auswitch.
El orden está sólo para romprlo, sino sobre todo para que proporcione la base de la discrepancia, el útero materno que en la última esencia lo explica todo y que proporciona la idea de norma o regla que ha de servir incluso para hacer comunicable, comprensible en término ulterior, toda nueva construcción a la que se arribe, por caótica o "libre" que pueda resultar. Hegel, por cierto, y eso no es que me entusiasme, estaría dando palmas ante estas manifestaciones (mías).En fin.
Toni Font presenta piezas sobre tela y papel, así como diversas obras escutóricas, dos de ellas en bronce y el resto en un material plástico con el que trabaja. Los seres derramados que retrata, en los que en general se distinguen únicamente las extremidades inferiores o el recuerdo inverosímil de una testa que no ha sobrevivido al correspondiente ejercicio de libertad, pugnan por gestionar su singularidad deforme ante el tribunal de la armonía de las formas y sobre todo de los sucesos. LA obra como acontecimiento, que decía Pollock, interioriza aquí un drama intestino que tiene más que ver con la defensa de la extrema diversidad de los seres , y su derecho a la libertad de ser, que con la libertad de ser, que con la narración de un suceso personal.
Exposición de tesis, pues, y muy interesante
Carlos Jover, El Mundo, lunes 27 de enero de 2014.